No, los protectores deportivos solamente se deben reservar para proteger los dientes de los traumatismos habituales durante la práctica de algunos deportes. Estos protectores no son válidos como tratamiento del bruxismo dado que pueden estimular el hábito de apretar en lugar de eliminarlo, al sentir el deseo de roer una resina blanda en la boca y en consecuencia cargar aún más la articulación temporomandibular.